Si tuviera la oferta de trabajar como investigador científico, aunque sea gratuitamente, lo haría sin titubear. Creo que todo el mundo tiene derecho a esa actividad que realza la condición humana a hacernos preguntas, preguntas universales o particulares, y de ser respondidas.
Como docente, aunque sea de educación media general, uno tiene el deber de realizar investigaciones que contribuyan no solamente a esta maravillosa profesión humanista y dé el ejemplo a los estudiantes en cuanto a disciplina, motivación, y creatividad; sino que además a las diferentes corrientes teóricas de la ciencia. Es por ello que desde temprano, he tenido la iniciativa de crear proyectos de investigación, aunque sea para ejecutarlos en un futuro indeterminado, sobre distintas materias del saber.
La fisiología vegetal, rama de la biología, es una ciencia natural
¿En qué áreas me gustaría hacer ciencia de verdad? Jejeje, en todas. Creo que puedo adaptarme, «sin fines de lucro», a las metodologías que cada rama utilice para la obtención del conocimiento. Pero siempre voy a tener en un pedestal a las ciencias naturales y a su didáctica, ya que es la que (entre otras razones) actualmente mueve al mundo.
Por tal motivo, crearé una sección en este blog denominada «Mis investigaciones científicas» en donde estaré publicando semestralmente los resultados de estudios puestos en práctica por mi persona; para recibir las criticas y recomendaciones de ustedes.
Priorizando la Salud Mental de los Niños en las Escuelas: Una Necesidad Urgente La salud mental de los niños es un componente crucial de su bienestar general y su capacidad para alcanzar su máximo potencial. Sin embargo, a menudo se pasa por alto en el entorno escolar, donde el enfoque tradicionalmente se ha centrado más […]
No me puedo quejar, tuve varios docentes que dejaron una huella en mi educación, y todos de manera positiva; pero la profe de biología marcó mis estudios de bachillerato de tal manera que gracias a ella soy profesor en su área de especialización. Por supuesto, influyeron otros factores, pero su acción educativa, contribuyó significativamente al logro de mi profesión.
Enseñanzas que dejan huellas
No es para nada «un amor«; más bien es rígida, ácida y a veces cruel al hacer sus llamados de atención en el aula, pero con el tiempo comprendí que ese es su carácter, su personalidad, y que no era porque tenía cierto sentimiento de animadversión hacia mí. De hecho, hoy en día compartimos experiencias como colegas en diversos encuentros laborales, y ella transmite su personalidad arrolladora -jejeje, un guiño al sarcasmo ;) a jefes escolares, padres y representantes, y demás seres.
En cuanto a su praxis educativa, excelente. Recuerdo muchas tareas innovadoras que asignó a mi grupo durante su enseñanza en aquel entonces: modelos 3D, visitas de campo al hoy Parque Nacional Waraira Repano, experiencias de laboratorio, disecciones anatómicas, trabajos comunitarios, entre otros.
Ojalá yo tenga la fortuna de dejar una semilla vocacional en los corazones de mis estudiantes, para que después de una o dos décadas, digan: «Soy especialista en biología gracias al profe Jhonayker«
La historia que voy a contar, o mejor dicho la anécdota, ocurrió en realidad hace como dos semanas antes de la publicación de este, mi primer artículo; pero por respeto decidí cambiar los nombres de sus protagonistas.
En un liceo del país que atiende a estudiantes de media general (de 12 a 17 años) surgió un problema en donde dos menores de Segundo Año se agredieron físicamente, y este acto fue grabado con un teléfono celular por otro de sus compañeros. El incidente se viralizó por toda la comunidad escolar, y los padres de uno de los chicos participantes de la agresión (Ana y José) interpusieron en Defensoría Escolar una denuncia a la institución educativa por «permitir el uso del celular en clases y grabar la situación, exponiendo a su representado al ojo público«.
No bastando con esto, Ana y José acudieron ulteriormente al centro educativo, y de una manera bastante alterada exigieron acciones en contra del docente encargado en ese momento, y del otro estudiante. Violeta, quién es la subdirectora del centro, fue quien recibió y escuchó amablemente a estas personas, no sin recibir el maltrato causado por la disposición de estos representantes.
Al mediodía, el liceo tomó la decisión arbitraria y sesgadamente de «prohibir totalmente el uso de estos dispositivos móviles en el aula con o sin autorización del docente«, lo que generó comentarios y reflexiones diversas al respecto.
Prohibiciones del uso de los móviles en las aulas
Ahora bien, al día siguiente por la mañana, Emmanuel estaba preparado para dar su clase de Inglés a los estudiantes del último año. Se cantó el Himno nacional, se pasaron a los chicos a sus respectivas aulas, y se pasó asistencia; pero cabe destacar que a Violeta no le tocaba guardia ese día. Después de transcurrir 20 minutos (y que la clase de Emmanuel acababa de iniciar, en vista de que estaba corrigiendo unos trabajos académicos) Violeta entra inesperadamente a la clase del profesor y observa un móvil colocado en la mesa de trabajo de Rosa.
La subdirectora se llena de iracundia y le arrebata el aparato a la estudiante. El profesor y los compañeros de estudio de ella, se quedaron en silencio, mirándose a las caras, mientras que la mujer vociferaba la nueva normativa del liceo no permitiéndole a Rosa explicarse. Violeta, después de terminar, cierra la puerta del aula violentamente y con ella se lleva el teléfono en calidad de objeto decomisado por tres días hábiles.
En vista de esta situación, yo podría concluir (como profesor) que el tema de los teléfonos celulares en el país es álgido y preocupante en los recintos educativos, tanto por las consecuencias nocivas a nivel cognitivo que se puedan presentar en los jóvenes actuales, como el estatus administrativo y legal que deban manejar los gerentes del sistema educativo en todas las escalas; pero hay que atacarlo objetivamente: estos dispositivos son simples objetos electrónicos funcionales y de consumo, que no van a desaparecer de nuestras vidas.
Demandas emocionales de situaciones de la cotidianidad escolar
Prohibirlos es una fantasía; conviene crear regulaciones y campañas para el buen uso, uso educativo, de ellos. Después de todo, los efectos que tengan dependen del provecho que le demos.
Para entender el impacto de las tecnologías, me gustaría que se imaginara la educación como una cebolla de tres capas: la capa más interior (el corazón) es donde se encuentran el profesorado y el alumnado junto con las metodologías docentes. La siguiente capa es la gestión administrativa/académica, y la capa más externa es la política […]
El Profe Jhonayker Pérez 